Proyecto Educativo
Salas
Deambuladores I
En la sala de deambuladores el vínculo afectivo que se establece entre el niño y el docente es fundamental. A partir de este sentimiento de empatía que se construye el adulto puede comenzar a comprender lo que el niño comunica a través de la mirada, el llanto, los gestos y expresiones, los movimientos, la sonrisa.
La relación afectiva es condición necesaria pero no suficiente para que los niños afronten el desafío de ir en forma paulatina de la dependencia a una relativa autonomía. Las actividades cotidianas de alimentación, higiene, descanso y juego le posibilitan al bebé una participación cada vez más activa y autónoma. Estas actividades son esenciales a la hora de proporcionar la posibilidad de conocer nuevos elementos y aprender los usos convencionales (utensilios, elementos de higiene, elementos utilizados durante el descanso).
A partir de los intercambios afectivos en la relación que establece con el docente, el bebé comienza a asociar las posiciones de su cuerpo con la satisfacción de sus necesidades: tomar la mamadera en brazos del adulto, conversar durante ese momento íntimo, escuchar la voz del docente mientras es cambiado e higienizado, le posibilita al niño moverse, gira la cabeza, dirigir la mirada hacia el lugar donde procede la voz, sostener la ropa del adulto o tironearla. Todas estas acciones le proporcionan información sobre las posibilidades de su propio cuerpo, las acciones que puede realizar y las características de su entorno.
La relación afectiva es condición necesaria pero no suficiente para que los niños afronten el desafío de ir en forma paulatina de la dependencia a una relativa autonomía. Las actividades cotidianas de alimentación, higiene, descanso y juego le posibilitan al bebé una participación cada vez más activa y autónoma. Estas actividades son esenciales a la hora de proporcionar la posibilidad de conocer nuevos elementos y aprender los usos convencionales (utensilios, elementos de higiene, elementos utilizados durante el descanso).
A partir de los intercambios afectivos en la relación que establece con el docente, el bebé comienza a asociar las posiciones de su cuerpo con la satisfacción de sus necesidades: tomar la mamadera en brazos del adulto, conversar durante ese momento íntimo, escuchar la voz del docente mientras es cambiado e higienizado, le posibilita al niño moverse, gira la cabeza, dirigir la mirada hacia el lugar donde procede la voz, sostener la ropa del adulto o tironearla. Todas estas acciones le proporcionan información sobre las posibilidades de su propio cuerpo, las acciones que puede realizar y las características de su entorno.
El desarrollo del juego de ejercicio o funcional se organiza a partir de la repetición de acciones del bebé sin otro propósito que el placer de repetir un espectáculo. Los niños provocan movimientos y sonidos en los objetos: los golpean, los mueven, los acercan o los alejan por eso es conveniente incorporar objetos como: cajas sonoras, tambores, cucharas de madera, maracas de plástico, martillos inflables de plástico; cubos de gomaespuma y de madera pequeños.
Deambuladores II
La heterogeneidad en este grupo estará marcada no solo por las particularidades de cada niño, por ejemplo en relación con la adquisición de la marcha, sino también por aquellos niños que provienen de la sala anterior y de los que ingresan por primera vez a la institución. El grupo de niños que ingresa por primera vez lo irá haciendo en forma progresiva. Se realizarán los acuerdos institucionales y con las familias para favorecer una comunicación afectiva adecuada.
Todas las experiencias que el niño realiza en las interacciones con el ambiente físico amplían sus marcos de referencia y favorecen nuevos aprendizajes. Colocar objetos dentro de otros – envases de plástico, moldes, latas o tubos– invita a la búsqueda, al tiempo que promueve la exploración con toda la mano por el interior del objeto – caja, lata– o con un dedo si el envase es pequeño. Aquí lo importante es “llenar y vaciar” más allá del material utilizado, es decir sin una elección previa del mismo, lo que le interesa al pequeño es la acción realizada.
Los niños sienten necesidad de explorar y experimentar con los objetos; los docentes deberán ofrecer una experiencia de aprendizaje planificada que requiere una consideración minuciosa de los detalles prácticos: tiempo, espacio, materiales y organización.
Todas las experiencias que el niño realiza en las interacciones con el ambiente físico amplían sus marcos de referencia y favorecen nuevos aprendizajes. Colocar objetos dentro de otros – envases de plástico, moldes, latas o tubos– invita a la búsqueda, al tiempo que promueve la exploración con toda la mano por el interior del objeto – caja, lata– o con un dedo si el envase es pequeño. Aquí lo importante es “llenar y vaciar” más allá del material utilizado, es decir sin una elección previa del mismo, lo que le interesa al pequeño es la acción realizada.
Los niños sienten necesidad de explorar y experimentar con los objetos; los docentes deberán ofrecer una experiencia de aprendizaje planificada que requiere una consideración minuciosa de los detalles prácticos: tiempo, espacio, materiales y organización.
Pre-Jardín
Cuando el niño se incorpora al jardín maternal sus interacciones con otros niños se incrementan. En este sentido las docentes propiciarán la participación de los niños para que se relacionen con sus compañeros e inicien la construcción de un sentimiento de pertenencia al grupo. Esta construcción, lo grupal, se va adquiriendo a través del tiempo. Implica un conocimiento y un reconocimiento mutuo. De tal manera se privilegiará como forma de organizar la actividad el trabajo en pequeños grupos ya que la misma permitirá una mayor comunicación al facilitar el intercambio entre pocos niños y las relaciones interpersonales entre ellos.
Un modo de acercar a los niños al conocimiento del ambiente será a través del desarrollo de unidades didácticas, cuyo objetivo es favorecer la indagación de contextos, conocer un recorte significativo del ambiente (la panadería, el kiosco, el almacén, la juguetería) Algunos ambientes serán conocidos por los niños y otros totalmente desconocidos.
Un modo de acercar a los niños al conocimiento del ambiente será a través del desarrollo de unidades didácticas, cuyo objetivo es favorecer la indagación de contextos, conocer un recorte significativo del ambiente (la panadería, el kiosco, el almacén, la juguetería) Algunos ambientes serán conocidos por los niños y otros totalmente desconocidos.
“Establecer un recorte del ambiente implica seleccionar de esa totalidad compleja e interrelacionada un sector que será objeto de análisis. Ese sector conserva su complejidad en el sentido que se lo considera con todos sus elementos interconectados y se procura ir encontrando las estrategias didácticas más adecuadas para que los niños lo conozcan o profundicen sus conocimientos acerca de él”.