Significa valorar a otros y tratarlos bien, reconocer las contribuciones que hacen a la comunidad desde su individualidad así como a través de sus acciones positivas. Implica reconocer lo que nos hace semejantes en dignidad y derechos y lo que nos diferencia como individuos. La diversidad tiene que ver con TODOS, no con un todos que significa “la mayoría” o “casi todos”.

La no-violencia requiere saber escuchar y comprender el punto de vista de los otros y hacer valer, a través de un dialogo igualitario, el peso y coherencia de los argumentos racionales, incluidos los propios. Requiere que los adultos que conformamos este sistema educativo seamos modelos de no-violencia en su propio proceder y comportamiento.

La confianza es necesaria para el desarrollo de una identidad segura y de una sociedad confiable. La confianza apoya y sostiene la participación y el desarrollo de relaciones e identidades seguras. También requiere del dialogo y del respeto mucho.

Una educación compasiva es aquella que reconoce los errores, independientemente del status de la persona implicada en ellos, es aquella que acepta las disculpas, y donde la restitución y el perdón son posibles.

La honestidad entre los educadores supone compartir conocimientos con los estudiantes sobre las realidades locales y globales, animándolos a interesarse por lo que está pasando en el mundo, de modo que puedan tomar decisiones correctas importantes para su presente y su futuro. La honestidad facilita que se hagan preguntas difíciles y que se pueda administrar la limitación del propio conocimiento.

Una educación que promueve y mantiene la alegría, potencia el aprendizaje a través del juego y el humor compartido. Anima y celebra la satisfacción por adquirir nuevos intereses, conocimientos y habilidades y por ser capaz de mantenerlos. La alegría como emoción positiva, es un componente imprescindible en nuestra escuela, donde los miembros de la comunidad cuidan y valoran la oportunidad para disfrutar y reírse juntos como un factor de protección ante dificultades y desafíos.

La profunda actitud de cuidar al otro, sin esperar nada a cambio, está en el corazón de esta institución y es la base de lo que da sentido a la educación. En esta comunidad subyace la disposición a cuidar a los otros, y la de dejarse cuidar uno cuando lo necesita.

Se basa en el respeto y la empatía que nos conduce a comprender que el otro necesita de nuestra colaboración o apoyo.